Cuando la generala del comando sur, Laura Richardson, se pasea por la Argentina hablando impunemente del litio y de la energía atómica humillando a funcionarios, desalentando las políticas públicas soberanas, aspirando a apropiarse de nuestros recursos naturales, no hace otra cosa que aplicar a 200 años la tan mentada doctrina Monroe.
Cuando se impone a un país un préstamo fraudulento e impagable del Fondo Monetario Internacional para humillar al pueblo y cercenar cualquier atisbo de desarrollo autónomo se sigue aplicando, a 200 años, la doctrina Monroe.
Cuando se combate cualquier posibilidad de construcción de una patria grande latinoamericana o cuando cualquier disidencia es sofocada, se está aplicando a 200 años la doctrina Monroe.
La tarea está inconclusa, sigamos luchando por nuestra independencia.