El miércoles 1 de agosto entró en vigencia el nuevo Código Civil de la Nación. Para entender qué consecuencias tendrán estas modificaciones en la vida cotidiana de los trabajadores, desde Estación Central (Radio Sur, FM 88.3) se comunicaron con Liliana Parada, Diputada Nacional Mandato Cumplido (MC) por Unidad Popular, abogada y vicepresidenta de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISYP).
-Cuando los medios hablan de las modificaciones a los Códigos Civil y Comercial hacen hincapié en el “Divorcio Express”, “Acuerdo prenupsial” o “herencias”. Pero, ¿Qué cambios importantes trae este nuevo Código a la vida de los trabajadores?
– El Código tiene 2761 artículos, de los cuales 330 podemos decir que son de avanzada, que son todos los que tienen que ver con familia.
Ahora, ¿Qué pasa con los trabajadores? Ahí tenemos una discusión muy fuerte, que la hemos mantenido en la Comisión Bicameral, porque nos dan la respuesta que le dan siempre a los laburantes, que los temas de los trabajadores no son del Código Civil, son del Código de Trabajo (que no existe) o de la Ley de Contrato de Trabajo. Y justamente la forma de hacer fraude es haciendo contratos del Código Civil y querer hacerlos pasar por Contratos de Trabajo.
Este Código está cristalizando y normatilizando el fraude, genera una cantidad de contratos que no cabe la menor duda que deberían estar afuera del Código Civil. Por ejemplo, el contrato de agencia. Es una forma para que se pueda empezar a generar contratos basura y de violar la Ley, es sacar del ámbito del derecho laboral normas que claramente deberían estar ahí.
Así que es de amplio riesgo y es un código que en líneas generales vuelve a la primacía de la autonomía de la voluntad. Esto quiere decir que se entiende que las partes somos todos iguales. Entonces, hasta en locación, quita la cuestión del orden público, o sea, uno puede pactar un contrato de alquiler por dos años, pero no dice que se puede alquilar por menos. Entonces mañana, si la gente está especulando, uno necesita una vivienda y se la puede alquilar por tres meses. No amueblada, porque están especulando si aumentan o no los alquileres.
-No se piensa en la función social…
– Función social, ahí tocaste otro tema. La función social de la propiedad estaba en el proyecto original, pero no lo pusieron en el nuevo código. Tendríamos que haber avanzado sobre el tema de la función social, lo que nosotros tenemos de jurisprudencia es nada al lado de lo que uno debería llegar a tener en estos tiempos.
Ni siquiera estoy cuestionando el derecho de propiedad, que tranquilamente lo podríamos cuestionar, pero para no parecer extremistas con la idea. El tema es que la función social reconocida desde las encíclicas papales, doctrina y jurisprudencia extranjera, por nuestra corte, lo borraron. Se aplica un retroceso fenomenal. Borraron la acción de clase, que es la posibilidad que tenemos, si ponemos un ejemplo, las Madres de Ituzaingó, que empezaron a detectar los casos de cáncer en ese barrio, entonces una inicia un juicio y se comprueba que los agrotóxicos matan, con una persona que haga el juicio, el resto no debería tener que hacer todo el juicio y probar lo mismo. Todo esto se deja atrás, implica un retroceso fenomenal.
Y un avance en materia de familia que ha sido tan marquetinero que obviamente estamos todos más que convencidos de que este código es un buen código. Y la verdad es que es un código neoliberal, que implica un retroceso fenomenal en materia de normas sociales, de normas que hoy por hoy no son cuestionadas ni en los Estados Unidos.
-Hay muchas denuncias de organizaciones sociales y comunitarias de que faltó espacio de debate. Este Código fue aprobado por 134 votos afirmativos del Bloque del Frente para la Victoria y aliados, pero 122 Diputados de la oposición se retiraron…
– Es que en realidad al principio había un acuerdo más grande, sobre todo con los Radicales. El tema fue la ‘responsabilidad del Estado’, cuando quisieron meter adentro del Código que el Estado no es responsable -que después lo pusieron por Ley- dejaron de contar con el apoyo de los Radicales.
Pero fueron pocas las voces que se escucharon denunciando lo que este código traía. De hecho, nosotros hicimos una Audiencia Pública donde participaron la CTA Autónoma y la CGT, sus dirigentes, sus secretarios generales, sus abogados, denunciando este atropello; pero obviamente los multimedios, el Gobierno y esos aliados que tenía hasta entonces, hicieron un silencio cómplice y no pudimos parar este código.
La gente se va a dar cuenta cuando además de poder casarse y divorciarse de una mejor manera -que esto había que hacerlo y nosotros hemos presentado proyectos en ese sentido- que el trabajo también incide en su vida cotidiana. Cuando empiecen a tener esos contratos y cuando empiecen a ver la inestabilidad de los años que vienen, pensemos en cualquier tipo de ajuste o despidos.
-Se puede hablar de la mercantilización del derecho privado civil ¿No?
– Absolutamente, porque no había por qué juntarlos. Hace años que no se está cuestionando la unidad del código civil y comercial y juntaron lo que quisieron, porque dejaron afuera dos leyes de la dictadura –la ley de sociedades y la ley de quiebras- con las que también el fraude a los trabajadores es todavía algo que todos los días lo vemos. Y eso lo dejaron afuera, o sea, unificaron lo que quisieron y mercantilizaron, como bien decís vos, el derecho privado. Y claro, si vos no quitás todo lo que tiene que ver con lo social y además el derecho privado lo ponés en ese lugar de que todo es mercancía, no toca en ningún momento el tema de la alimentación, por ejemplo, como algo que se deje a salvo. El derecho al agua potable. Entonces, todo es mercancía. Tiene razón el presidente de Nestlé cuando avizora que toda el agua va a estar privatizada.
Este es el tema que nosotros vemos y que el propio Gobierno habilita que suceda en nuestro país. Pero bueno, el relato es muy poderoso y aparece el genio de la lámpara maravillosa, muestran a ese genio y la gente no ve lo que hay adentro de la lámpara.
-Hay otras cuestiones, tal vez no tan aberrantes, pero que también perjudican. Que hablan de una privatización de la Justicia, como es el tema de ciertas cuestiones que se resolvían antes en un juzgado y ahora uno tendrá que acudir a escribanos, ¿No?
– Claro, imaginate, vos necesitás trabajar, te contrata un laboratorio poderoso, ingresás, firmás el Contrato de Agencia y no solamente eso, sino que después firmás que en el caso de cualquier controversia, la misma se dirime en el estudio jurídico del Doctor X y ahí tenés que ir a resolver tu conflicto. Todo esto es legal, no legítimo, es inconstitucional. Y es legal y fresquito, desde el 1º de agosto. Bien nuevito, que la gente lo escuchó y parecía que es lo que había que hacer.
No es un Código que contiene todas las leyes del derecho civil y del derecho comercial, eso es una mentira. Es un compendio que ni siquiera trae notas, un compendio hecho por jueces, las leyes no las tienen que hacer los jueces, las interpretan. Esto se lo da este Gobierno que dice que quiere democratizar la Justicia y le dio los plenos poderes de cumplir prácticamente funciones legislativas, porque el Gobierno, el oficialismo, no habilitó grandes cambios en el Código. Fueron puntos, comas, algunas cosas aberrantes que tenían, que menos mal que nos escucharon porque la verdad que eran barbaries jurídicas, entonces las tuvieron que cambiar, pero nada más, el resto como vino.
-¿Esto a futuro se puede cambiar? ¿Se puede legislar el Código de Trabajo si viene un gobierno con ganas?
– No creo que sea ninguno de los que parece que van a ganar el que venga con la idea de hacer el Código de Trabajo, que es una deuda desde hace años. Desde que la Constitución dice que es obligación del Congreso dictar ese Código.
Fuente www.ctacapital.org