En la avenida principal de Buenos Aires, un mar de voces descontentas se hizo eco, cuando autoconvocados se plantaron frente a Swift Medical en medio de un paro nacional de trabajadores de la salud. La causa: aumentos salvajes en las cuotas de las prepagas y el impacto despiadado de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que amenaza con poner en jaque el derecho fundamental a la salud.
Eva Koutsovitis, presidenta de UP CABA, tomó la palabra con una denuncia directa hacia Swift Medical, destacando su papel preponderante en el sector de las prepagas. «Respeten el derecho a la salud», clamó Koutsovitis, señalando el peso de los aumentos desmedidos en las cuotas sobre aquellos que han contribuido durante décadas.
Koutsovitis arrojó luz sobre las consecuencias del DNU, argumentando que convierte a los adultos mayores en personas descartables. Según ella, la libertad de vivir está ahora atada al poder de pagar las cuotas, generando consecuencias irreversibles en la sociedad. Koutsovitis insistió en la imperativa anulación del decreto para evitar el colapso de proporciones inimaginables.
Jonathan Baldiviezo, referente de El Movimiento La Ciudad Somos quienes la habitamos, tomó la palabra, recordando décadas de lucha por considerar la salud como un derecho humano fundamental en Argentina. Criticó fuertemente la transformación de la salud en un bien transable sin regulación, cuestionando la mercantilización de un derecho que la población argentina ha sostenido durante tanto tiempo.
Los testimonios de los damnificados resonaron en la manifestación. Adultos mayores, sin posibilidad de cambiar de cobertura, enfrentan aumentos en medicamentos que superan el 100%, volviendo prácticamente imposible el gasto en salud. Sus voces reflejan la angustia ante el desmantelamiento progresivo del sistema público de salud.
Baldiviezo cerró la manifestación con un llamado urgente a la acción. Exigió la reversión de las decisiones que amenazan la salud de la población y la declaración de nulidad absoluta del DNU. La batalla, según él, está lejos de terminar, y los autoconvocados están dispuestos a seguir luchando.