Desde Unidad Popular condenamos firmemente las peligrosas acciones bélicas unilaterales encaradas el pasado viernes 13 de junio contra el territorio de la República Islámica de Irán por parte de Israel, con el objeto de «debilitar y retrasar el desarrollo del supuesto plan armamentístico nuclear» llevado adelante por los iraníes. En ese contexto, luego de la grave acción unilateral, descrita por el gobierno israelí como una medida «preventiva», se produjeron respuestas militares desplegadas por Irán en las ciudades de Tel Aviv, Haifa y Jerusalén.
Como si esta grave escalada no fuera suficiente, el domingo 22 de junio los Estados Unidos decidieron bombardear con importantes artefactos antibunkeres de enorme poder destructivo, las «presuntas instalaciones nucleares» del régimen iraní que estarían desplegadas en tres puntos de su territorio: Fordow, Isfahan y Natanz. El acto de agresión unilateral perpetrado por ambos países en el lapso de la última semana, constituye una agresión sin precedentes, que implica no solo una flagrante violación de la soberanía e integridad territorial de Irán, sino que pone en grave riesgo la seguridad en materia nuclear y la integridad de los mecanismos normativos que resguardan las actividades de proliferación nuclear.
En efecto, el Tratado de No Proliferación Nuclear ha sido gravemente dañado, como así también los mecanismos de reaseguros nucleares que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), conducida por el diplomático argentino Rafael Grossi, debe asegurar a nivel global. Asimismo, tanto Israel como los Estados Unidos agravan el ya delicado escenario en Oriente Medio, generando un clima propicio para una escalada que puede llevar a la humanidad no solo a un agravamiento de las condiciones de funcionamiento de las cadenas logísticas y los mercados energéticos mundiales y regionales, sino que nos aproxima a la ominosa posibilidad que se desencadene un enfrentamiento bélico a gran escala de consecuencias imprevisibles, mientras los mecanismos de control y de no proliferación nuclear están en extremo debilitados por acciones que configuran actos concretos de agresión.
Ante este escenario, hacemos un llamamiento urgente a que se activen los mecanismos disponibles en el ámbito del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a los efectos de declarar un cese de hostilidades y se abran perspectivas para el desarrollo de una agenda multilateral con intervención de actores regionales de peso como Pakistán, Turquía, Países Árabes y los Estados de Rusia, China, India, Sudáfrica y Brasil (Brics), con el objeto de contener y evitar la continuidad de actos de fuerza contrarios a la paz y seguridad de la comunidad internacional.
Finalmente, condenamos con firmeza el irresponsable alineamiento automático con el accionar de Israel y Estados Unidos que la República Argentina ha expresado en boca de su Presidente.
Nuestro país debe volver sobre sus pasos y recuperar la noble tradición diplomática americanista de no intervención en conflictos externos, la neutralidad en conflictos ajenos a nuestros intereses nacionales y el rechazo a las acciones militares unilaterales.
Claudio Lozano – Presidente
Leticia Quagliaro – Vicepresidenta