NOSOTROS NO VOTAMOS A MACRI
Luego de las PASO, la situación electoral era preocupante. Hoy, de cara al balotaje, las cosas son mucho más sombrías.
Somos parte de los muchos que, desde distintos ámbitos y experiencias, quisimos (y no pudimos) alumbrar una nueva propuesta política de carácter emancipatorio y comprometida con el buen vivir de nuestro pueblo. Vemos con suma preocupación que se nos escapó una oportunidad.
Pasamos de la rebelión popular del 2001 y 2002 y del cuestionamiento en profundidad al sistema político tradicional, a una situación donde más del 90% del electorado ha acompañado opciones de cuño conservador, o dicho de manera más precisa, a una fenomenal adaptación del régimen político a las necesidades de los sectores dominantes en esta etapa. La intrascendencia de los candidatos (Scioli, Macri y Massa), su amistosa relación con los “mercados” y la decisión de militarizar el territorio y las barriadas populares bajo la excusa del narcotráfico, son evidencias notorias de que los resultados electorales han configurado un mapa político institucional que en sí mismo no garantiza la posibilidad de poner límite o bloquear las políticas de despojo. Solo el compromiso con la construcción política que permita desatar la energía y el cuestionamiento colectivo, podrá crear poder de veto frente a la coyuntura que transitamos y la que se avecina.
En este contexto, nos resulta tan débil llamar a votar a Scioli con el argumento del freno a la derecha, como inaceptable subestimar el significado simbólico del Proyecto Macri. La gestión de Scioli en la Provincia de Buenos Aires, las críticas que sobre él han disparado históricamente los sectores y propuestas más dinámicas de la propia experiencia kirchnerista, así como la presentación de su eventual gabinete, explican cuan endebles resultan las argumentaciones que llaman a votarlo. El planteo de votar a Scioli para conservar ciertas políticas de los últimos años revela el agotamiento histórico de una experiencia carente, hoy, de todo impulso innovador y, como tal, sumamente débil para “frenar a la derecha”. Una experiencia que a cambio de conservar cuotas de poder en el aparato del Estado, asumió ofrecerle a la sociedad el candidato más reaccionario que podía surgir del Frente para la Victoria. De igual modo, resulta imposible no pronunciarse contra el Proyecto Macri. Sería la primera vez que un representante genuino del establishment empresarial dominante gobernaría con la legitimidad de los votos nuestro país. Hasta hoy fue necesaria la dictadura militar o travestir la historia popular del peronismo y el radicalismo para que el establishment gobernara. Libertad de contrato, libertad en el manejo de las divisas, libertad de exportación, desregulación de la economía configuran la hoja de ruta de estos sectores. Es más, sabemos que bajo el discurso de la libertad de expresión, la república y la democracia, acecha la defensa sin restricciones de la propiedad privada de los grandes empresarios.
Lo más grave es que frente a una falsa disyuntiva (balotaje), frente a una coyuntura electoral que posibilita que el Proyecto Macri pueda encarnarlo Scioli, los mismos que no pudimos enhebrar una alternativa con nuestro pueblo, seguimos discutiendo de manera fragmentada y sin privilegiar lo central. El principal problema no es el voto en el balotaje. Eso lo resolverá nuestro pueblo y nuestras propias limitaciones ya han demostrado que lo que digamos tendrá un efecto absolutamente menor. Fijamos una posición política porque nos comprometemos con una realidad que nos fuerza a hacerlo y, en ese sentido, sostenemos que la cuestión central pasa por cómo nos preparamos para enfrentar el escenario del 23 de noviembre. Un escenario que deja ver en el horizonte: ajuste cambiario, fiscal y reendeudamiento; sojización y megaminería; o la propuesta de transformarnos en Arabia Saudita, destruyendo el ambiente, si es que los precios permiten la consolidación de Vaca Muerta y los hidrocarburos no convencionales.
Desde esta mirada sobre lo que ocurre es que nos sumamos y nos autoconvocamos a todas aquellas iniciativas que se esfuercen y comprometan con bloquear el Proyecto Macri. Y en ese sentido sostenemos que carece de relevancia tomar posiciones cerradas e irreductibles respecto del voto. Hoy el ausentismo, el voto en blanco, el voto nulo y el voto a Scioli, pueden cumplir de distintas maneras con la función de “evitar el triunfo de Macri”. Por eso, “Nosotros No Votamos a Macri” en el más amplio sentido de esta afirmación. Porque de este modo intentamos frenar electoralmente su triunfo, al tiempo que nos abrimos a articular con todos aquellos que así lo entiendan, las condiciones para resistir todo intento de ajuste y cercenamiento de la democracia. Esta consigna es también el mejor modo de empezar a organizar la resistencia y el compromiso con la creación de la propuesta política que merece nuestro pueblo en caso, incluso, de que triunfe Scioli. Por eso, Nosotros No Votamos a Macri.
Claudio Lozano – Fabio Basteiro – Liliana Parada – Carlos Méndez – Jaime Farji – Teresa Horovitz de Berguier – Pablo Rascovan –
Pablo Sanseverino – Alejandro Rascovan – Daniel Lubrano – Cristina Chiste – Mariano Blumenfeld Izzo – Martín Brunás
Unidad Popular C.A.B.A.