Colectivo Porteño – Muchos escuchamos sobre los síntomas del Dengue, pero nada de sus causas. Como esta enfermedad se transforma en epidemia en los barrios precarios por falta de acceso al agua potable. Cómo el dengue requiere la urbanización de las villas. Y cómo se lucha con la organización popular en pos de la igualdad. Para eso hablamos con María Eva Koutsovitis (Pro-Secretaria del departamento de hidráulica UBA), militante del Frente Salvador Herrera.
Esta semana han sacado un comunicado sobre la responsabilidad política en el tema del dengue.
Desde Salvador Herrera hace mucho tiempo que venimos denunciando la desigualdad que se da entre barrios formales e informales con respecto a los servicios básicos necesarios. En las villas de la ciudad, en donde vive la quinta parte de la población habitan villas y no tienen acceso al agua potable ni a las redes cloacales. Y, cada vez que llueve, muchas villas se inundan. Así que esta desigualdad tan marcada ahora evidencia muchísimos casos de dengue en estas zonas. Nosotros en villa 31 y todas las villas del sur, tenemos conocimientos de muchos casos de dengue. Esto es porque esas villas los vecinos pasan largo períodos sin agua, por lo que la única posibilidad que tienen es conservar agua en cacerolas, en baldes o cacharros cuando encuentran agua disponible. Es impresionante porque es algo que está naturalizado. Mujeres y niños recorren como mínimo 200 metros y regresan trayendo agua, luego la suben en escarelas caracol, con todo el riesgo que esto conlleva, y la tienen que conservar para poder usarla. El mosquito del dengue se cría en agua claro, por lo tanto en esos recipientes es donde la larva prolifera.
¿Por qué las redes cloacales no entran en las villas?
La empresa AYSA que es la encargada de brindar servicio en el área metropolitana, en su contrato de concesión define como usuario a todo aquel cuya propiedad linde una vía pública. Pero las villas tienen pasillos internos, los cuales no son reconocidos como vía pública, por lo tanto AYSA no brinda el servicio y nadie controla la calidad del agua. Esto origina una situación muy crítica, porque no es sólo el dengue, sino que un quinto de la población no tiene acceso al agua potable, aún cuando la constitución de la Ciudad de Buenos Aires indica que todos los habitantes deben tener acceso al agua potable; y en el resto del país, está ratificado por la Corte Suprema.
Si, por eso mismo, en este programa venimos criticando que en el Código Civil se haya quitado el derecho al agua potable como derecho humano.
Si bien eso es cierto, tenemos un fallo de la Corte Suprema bastante reciente que lo rectifica como derecho universal. Lo que es inadmisible es que en la Ciudad de Buenos Aires tengamos condenados a condiciones sanitarias, realmente precarias, a tantas familias. Esto es impactante. Dentro de las villas tienen que ser los vecinos quienes precariamente van tendiendo sus redes. O sea, todo un tendido de cloacas precarias, muchas veces sin desagües fluviales. A eso agregamos que esos asentamientos están instalados sobre terrenos ya contaminados, por ende, cada vez que llueve desbordan las cloacas precarias y los vecinos se inundan con agua de lluvia, mezclada con líquido cloacal, con metales pesados y otras sustancias muy peligrosas. Todo ese combo es lo que las autoridades deberían abordar. Y no trasladar a la población individual que para combatir el dengue hay que deschatarrar. Porque además, eso también resulta un mensaje bastante perverso a los sectores más vulnerables por poder deshacerse de todas esa agua que necesitan para cubrir sus necesidades básicas.
Además, se los estigmatiza por algo que corresponde solucionar al gobierno de la ciudad.
Por supuesto. El dengue forma parte de una política integral sanitaria. Lo primero que tenemos que hacer es garantizar el acceso al agua potable a todos los ciudadanos de la ciudad de buenos aires, tal como dice la constitución. Luego, pensar en políticas integrales para ver cómo se aborda a nivel social la problemática del dengue y que no sea asunto de algún individuo.
Ustedes, como Frente Salvador Herrera, emitieron un comunicado donde señalan una serie de puntos para intentar combatir lo que venimos hablando.
Si, son una serie de puntos que creemos fundamentales para este problema. Algunos son mas de fondo, otros más para atender la emergencia. En primer lugar, muchos de nuestros compañeros, que viven en barrios informales, cuando van a tratarse con los síntomas del dengue, luego no reciben un diagnóstico preciso; por eso pedimos que se entreguen los estudios a quienes se les han detectado el virus y se lleve a cargo el seguimiento. Otro de los pedidos es la entrega de agua envasada a todas las villas de la ciudad que no están teniendo en este momento suministro de agua continua, como en la villa 31, Ciudad Oculta, etc. Es imprescindible que minimicemos el estancamiento de agua. Nosotros, en la villa 21-24 –ubicada en Barracas-, con nuestros compañeros del Frente Salvador Herrera llevamos adelante una batalla por el tema del agua, presentamos informes médicos, tuvimos muchas reuniones con los funcionarios de AYSA y finalmente logramos el compromiso que va a resolver en el barrio el problema del agua potable. Mientras, AYSA se comprometió a entregar dos litros de agua envasada por persona, por día. Actualmente, nuestros compañeros están entregando por semana más de 12 mil litros de agua potable en dos de nuestros comedores. Así que es posible, que esta medida, que ya tiene un precedente, pueda implementarse en el resto de los barrios para evitar el almacenamiento del agua, que siempre es de dudosa calidad. Pero para poder empezar el tema principal que es el urbanizar los barrios informales, debemos empezar con la entrada de los servicios públicos. No puede ser que generemos ciudadanos de primera y de segunda. En el caso de agua y saneamiento de debe hacer una adenda, una corrección al contrato de concesión de la empresa AYSA, una empresa que el 90% de sus acciones le pertenece al Estado Nacional, por lo cual no es complicado modificar como usuarios a todos los que vivan en el área de concesión. Allí vamos a poder garantizar a todos el acceso al agua potable y saneamiento. Esto es imprescindible para llevar a cabo cualquier campaña sanitaria.
Esto es claro ejemplo la importancia del agua potable como primer paliativo contra las enfermedades.
Mirá, nosotros acá estamos hablando del Dengue pero en todos los barrios informales tenemos numerosos casos de diarreas en lactantes, de forúnculos, gastroenteritis; cada vez que llueve no pueden ir a la escuela. Es decir, el niño que carece de estos servicios está condenado a pasar una infancia donde falte más la escuela y se enferme que cualquier otro niño de barrio no precario. Acá nace el principio de la desigualdad. Sin duda no creo que esto esté en la agenda de la ciudad pues después de ocho años la foto sigue siendo la misma.