En el año 2014 Claudio Lozano marcó la postura de UP sobre la deuda externa y los fondos buitres en el Congreso de la Nación. Hoy la dejamos un extracto de ese discurso.
“Vengo a fijar la posición del bloque Unidad Popular en este debate inexistente”
“La convicción que hemos construido, en el marco de la resistencia a la dictadura y de las luchas populares, es que la deuda externa de la Argentina es ilegítima. Esta es una primera definición desde la cual nosotros nos paramos y que por lo tanto nos coloca en el territorio de tratar de hacer todo lo que podamos para que pese del menor modo posible sobre nuestro pueblo, porque estamos convencidos de que ya la pagamos en demasía.
Ahora, como nosotros sabemos que vivimos en este mundo, siempre hemos dicho que el tratamiento lógico para una deuda de carácter ilegítimo implicaba, en función de lo que manda nuestra Constitución, la necesidad de una auditoría parlamentaria y una investigación de la deuda pública”.
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“Nosotros como bloque nunca hemos votado un solo peso para la deuda porque ésta no ha sido investigada. Y la convicción de la ilegitimidad transita por algunas definiciones básicas. La primera de ellas es el papel de la dictadura en el proceso del endeudamiento; no vale la pena extenderse en este punto. Hay una primera cuestión, que es la denominada deuda odiosa, que tiene que ver con aquella deuda contraída en momentos donde los pueblos no pueden decidir. Y hay una segunda cuestión, en el caso particular de la Argentina, que es que ha sido deuda originalmente tomada por capitales privados, fundamentalmente por empresas transnacionales y grupos empresarios locales.
La verdad es que la deuda de la Argentina no empezó por el endeudamiento del Estado; no es el caso de la Baring Brothers, el empréstito de Rivadavia, que se tomó como deuda pública para una infraestructura portuaria que luego no se hizo. Es otra cosa. En la Argentina la deuda tuvo que ver con los mecanismos de acumulación financiera de los principales capitales y estuvo asociada al proceso de fuga de capitales de nuestro país. Esto explica los cerca de 300 mil millones de dólares de argentinos o de agent es económicos locales en el exterior que tenemos en este momento.
Casualmente, esa deuda asociada a la fuga de carácter privado fue la que hizo necesario que las empresas estatales se endeuden para proveer de dólares para sostener esa fuga. Luego hubo un conjunto de mecanismos variados para estatizar la deuda privada, y después un conjunto de reestructuraciones, muchas de ellas acompañadas de profundas irregularidades e ilegalidades, para tapar todo ese proceso del cual estamos hablando”.
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“No hemos estado de acuerdo con el pago al Fondo Monetario Internacional; me refiero al pago de toda la cuenta, de cerca de 10 mil millones de dólares. La verdad es que, del mismo modo que ayer en la ONU, nosotros tendríamos que haber ido a denunciar al Fondo –porque la ONU es el mandante del Fondo, dado que ese organismo, cómplice del proceso de convertibilidad y del endeudamiento, había prestado, violando sus propios estatutos, a un país en situación de fuga de capitales. Dada esa circunstancia, nosotros teníamos derecho, como país, a reclamar la condonación de esa deuda. Sin embargo, en lugar de declarar la ilegitimidad de ese endeudamiento, la ilegalidad y el modo en que el Fondo había violado sus propios estatutos, no dijimos absolutamente nada y pagamos absolutamente todo”.
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“Lo que hubo fue una refinanciación, sin quita, a una tasa del 3,7 por ciento anual. No le sacamos nada a los acreedores. Esto es parte de la mentira de un relato que no termina de cuajar.
Y menos aun convalidamos el tema de seguir emitiendo deuda bajo legislación extranjera, que es algo que desde Martínez de Hoz para acá no hemos revisado, que viola la Constitución Nacional y que está habilitado por un decreto de abril de 1976 lo que tiene que ver con la prórroga de jurisdicción.
Tampoco hemos estado de acuerdo con tener como agente de pago a un banco norteamericano que hoy le debe fidelidad a Griesa y no a las decisiones de la Argentina.
No estamos de acuerdo con que el estudio de abogados que tenemos sea el mismo que hizo el Plan Brady, el de la época de Menem, el que se dedicó a defender ejecutivos que cometieron delitos en las empresas trasnacionales y en los bancos más importantes del mundo. No estamos de acuerdo con tener ese estudio de abogados. Sobran abogados en la Argentina para defender sus intereses soberanos.
Muchos de los elementos que tienen que ver con la reestructuración de la deuda suponen casi un proceso de dormir con el enemigo. Por eso, no hay que sorprenderse cuando aparecen desaguisados como el que tenemos hoy, con el tema del fallo del juez Griesa. ¿Qué esperaban? ¿Quién dijo que nos defendieron bien? Es un desastre la defensa que hubo en el marco de ese fallo. El mismo estudio que nos defiende a nosotros es el del Banco de Nueva York”.
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“No estamos de acuerdo con la reestructuración. Por eso, frente al fallo de Griesa, sostuvimos dos cuestiones. En primer lugar, hay que tener todas las herramientas para resistir el fallo. Es un fallo incumplible, inaceptable, inentendible; es absolutamente irracional que haya sectores o dirigentes políticos que recomienden pagar tal cual dice el fallo. Eso significaría comprarse cerca de 30 mil millones de dólares adicionales y, eventualmente, demandas multimillonarias. Por lo tanto, no estamos de acuerdo con eso y acompañamos todos y cada uno de los cuestionamientos que haga la Argentina en los foros internacionales y judiciales, para no tener que asumir un fallo de esta naturaleza. En este sentido, celebramos lo que ocurrió ayer en las Naciones Unidas.
Del mismo modo que decimos esto, creemos que hay que aprovechar este momento de respaldo político a nivel mundial para la Argentina. Teniendo en cuenta que los bonistas no pueden cobrar bajo legislación extranjera porque Griesa se los prohíbe, sería conveniente plantear otra estrategia porque, desde nuestro punto de vista, esta ha fracasado. El oficialismo no percibe que lo que hizo ha dado como resultado pagar, como pagos netos, más de 63 mil millones de dólares de una deuda que igual se ubica, con una composición distinta, en 250 mil millones de dólares, que en términos del porcentaje del producto es prácticamente lo mismo de finales de la convertibilidad, y que a pesar del esfuerzo que ha hecho la Argentina, estamos enjuiciados en el mundo.
Por lo tanto, si no hay más fracaso que éste es difícil encontrar una solución. O sea que hay que retomar un rumbo y la propuesta nuestra fue muy simple. Recuperar manejo soberano implica pasar los bonos de legislación extranjera a legislación local. Segundo, abrir la investigación de la deuda publica. Tercero, avanzar parlamentariamente declarando la inconstitucionalidad de toda prórroga de jurisdicción, es decir, no permitir que nos juzguen en el exterior”.
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“Hemos hecho propuestas concretas, pero nos hemos encontrado con un gobierno que en lugar de recuperar manejo soberano, como nos ha dicho el señor diputado Feletti, la única preocupación que tienen es pagar. De ninguna manera tienen la idea de modificar o replantear la estrategia. Por lo tanto, nos envían un proyecto extemporáneo que no resuelve nada de lo que está en debate, y lo único que afirma son cosas que no tienen que ver con el problema planteado”.
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“La verdad es que no se sabe por qué se habla del pago soberano. Aquí no hay nada que tenga que ver con ese tema. Esto simplemente constituye una suerte de declamación gubernamental diciendo: “Quiero pagar, pagar, de cualquier modo y como sea”.
Aquí no hay ningún intento de revertir los problemas, las irregularidades y los pies de barro de una reestructuración que, más allá de la operatoria internacional del juez Griesa y de los fondos buitre, nos colocó en una posición en la que no contábamos con herramientas para defender el interés soberano de la República Argentina”.
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“Por lo tanto, no estamos de acuerdo con esto: con la idea de plantear un proyecto de ley para resolver algo que no se puede solucionar por esa vía. En cambio, estamos de acuerdo en aprovechar el momento que tenemos para recuperar el manejo soberano de la deuda pública. No estamos urgidos por pagar, sino por retomar la rienda del manejo soberano del endeudamiento”.