Por Claudio Lozano – Diputado Nacional M.C. y dirigente de Unidad Popular
Preferiría hablar de Fútbol antes que de Política. Tengo la sensación de que es difícil escribir y abrir expectativas positivas respecto a lo que nos está pasando. Quisiera abstraerme y comentar el buen fútbol de la Selección y su rutilante y aplastante triunfo sobre los Estados Unidos. Casualmente un día antes de que se cumplieran los treinta años de aquel glorioso triunfo argentino (sostenido en la astucia y el golazo de Maradona) sobre Gran Bretaña.
Me gustaría refugiarme en el antiimperialismo futbolístico comprando el facilismo de haber derrotado virtuosamente a las dos potencias que tanto daño le han hecho a nuestro país. En fin, me gustaría abstraerme aunque rápidamente el fútbol me hace recordar la destacada actuación y responsabilidad de la dirigencia argentina en el escándalo del FIFAGATE, o me viene a la cabeza la inconcebible elección en la AFA donde no se pudo garantizar el conteo de poco más de setenta votos, o de la discusión actual en que se confronta la AFA con la Súper Liga, y donde pareciera que el debate es LA MAFIA versus LOS NEGOCIOS (como si en los Negocios no hubiera Mafia). Donde La Mafia parece decir que representa a los pobres (en realidad a los clubes pobres) y los Negocios quieren ocupar el lugar de la transparencia. Donde el Tema es La Mafia versus Los Negocios o, en todo caso, La Mafia y Los Negocios, o La Mafia de Los Negocios, o Los Negocios de la Mafia. Todo un entuerto donde nada está claro, nadie logra alumbrar un camino y donde las multitudes que sienten apasionadamente este deporte no existen. También si nos ponemos a hablar en serio de Fútbol las cosas se complican en la Argentina. Como dice mi amigo Víctor De Gennaro, “donde apretés salta pus.” Y en gran medida es así.
Fellini y García Márquez sentirían menguar su autoestima al ver la pobreza de su imaginación ante el desarrollo de la trama política de nuestro país. Un ex funcionario, en concreto el número dos de uno de los más poderosos Ministerios del Gobierno pasado, fue visto manejando en el conurbano con 8,5 millones de dólares y un fusil, luego se lo observó revoleando bolsones (de dinero) por encima del muro (o el alambrado de un Convento). Un Convento donde había tres monjitas que nada entienden. Un vecino atento y preocupado por las monjas alertó a la Policía que en segundos se hizo presente en el lugar (además con oficiales de jerarquía al frente del operativo) para detener a este extraño ex funcionario y remitirlo a un pabellón donde se encuentran varios otros personajes del anterior Gobierno (entre otros el otrora Secretario de Transporte Ricardo Jaime, del mismo Ministerio, y Lázaro Báez empresario cuyos negocios tuvieron importante vínculo con el mismo Ministerio).
En simultáneo comienzan a aparecer declaraciones de distintos integrantes del Frente para la Victoria que poniendo cara de asombro comienzan a tomar distancia de este tal López , le piden a De Vido que renuncie a sus fueros, dicen incluso que el Kirchnerismo está herido de muerte (planteo este hecho por el inefable Tucumano Manzur que más allá de haber sido electo en su provincia bajo circunstancias donde lo ocurrido en la AFA es un juego de niños, es uno de los funcionarios de mayor crecimiento patrimonial en el período pasado).
Se anotan así ex Ministros y legisladores que parecen decir ahora que no pueden creer lo que se ha visto y que es un caso aislado y que NO SABÌAN NADA. Cristina, que debiera estar acá para defender a su tropa de este complot, ya avisó por carta que ella no le había dado el dinero. Por las dudas, el actual Ministro de Justicia Germán Garavano, sugirió que no era bueno que una ex Presidenta o un ex presidente fuera preso. No quedó claro lo que quiso decir. La verdad que sea bueno o no, depende de lo que haya hecho la o el ex presidente. De lo contrario podríamos pensar que el Ministro Garavano adscribe a la teoría del chivo expiatorio. Busquemos alguien que pague pero no vayamos a fondo. Sin embargo, al detener al supuesto autor central del crimen de la efedrina (Ibar Corradi) otro funcionario de nombre Burzaco aparece diciendo que el objetivo del gobierno es golpear en el centro del crimen organizado. Pero en seguida hay que anotar que es el hermano del argentino responsable de la empresa Torneos y Competencias y acusado de soborno y otras yerbas en el marco del FIFAGATE, detenido en Suiza y juzgado en Estados Unidos.
Funcionario de un gobierno donde desde el Presidente para abajo varios de sus integrantes aparecen como titulares de cuentas offshore, donde el intendente de un partido del Conurbano (Lanús) aparece como perseguido por Interpol. Intendente también con cuentas afuera activas en el mismo período en que fuera Secretario de Hacienda en la Ciudad de Buenos Aires, y con un préstamo a su favor otorgado por el propio Mauricio Macri, hoy Presidente de todos los Argentinos. Presidente que en su última declaración Jurada confirmó que una parte de sus fondos están en el exterior (en Panamá) al tiempo que ratificó el préstamo que también le hiciera en su momento a su amigo íntimo y asesor Nicolás Caputo. Hecho este que resultaría inocuo si no fuese que este amiguito es también uno de los principales contratistas de la obra pública en el plano nacional y, centralmente en los últimos años, en la Ciudad de Buenos Aires.
Un panorama que se completa señalando que el 38% de los funcionarios que integran el gabinete son representantes directos de las principales empresas y bancos del país (Ceos, Gerentes, accionistas dominantemente de Bancos y Empresas Extranjeras), y el 34% son hombres y mujeres provenientes de Cámaras patronales, Fundaciones y Consultoras financiadas por las mismas empresas. Es más, en este último caso se conoció hace poco el hecho de que quien preside el Banco Nación fue uno de los denunciantes de la Argentina ante el tribunal de Griesa, al tiempo que se supo que el 85% de su patrimonio lo tiene radicado en el exterior. Estamos hablando de una situación donde siete de cada diez funcionarios son o representantes directos o indirectos de las principales empresas y bancos. Como será que hasta el Fondo de Garantía y Sustentabilidad de los Jubilados está operado por hombres provenientes de las filas de Goldman Sachs, Merryl Linch y el Deutsche Bank.
Si la corrupción de López puede remitir al uso del cargo público y la protección estatal para el logro de beneficios privados, la colonización del Gabinete por Bancos y Empresas induce a la subordinación de la política pública al interés de las principales corporaciones privadas. La guita en bolsones o en el exterior desfinancian al Estado, debilitan la inversión y el crecimiento y afectan el bienestar general. Resulta insensata la propuesta de aquellos que parados en la supuesta transparencia asociada a los negocios cuestionan la matriz de corrupción del gobierno anterior. Tan insensata como la de los defensores del gobierno anterior que no alcanzan a dimensionar el daño que los comportamientos delictivos producen cuando se asocian con enunciados y discursos que hablan de Nación, Patria, Liberación, Justicia Social y Transformación.
Pretenden atraparnos, tanto en el fútbol como en la sociedad, en opciones que tienen más puntos en común que diferencias. Por eso decimos con claridad que la Argentina es un país quebrado con 220.000 millones de dólares de deuda sobre su cabeza y cerca de 400.000 millones de dólares de sus millonarios en el exterior. La solución a este problema nunca podrá darse a través de un gobierno de millonarios, ni tampoco adscribiendo a estructuras políticas que más allá de su origen popular hace tiempo han hecho de la idea, de que para hacer política hay que tener plata, una clave de su estrategia de organización. Es esta idea la que hace de la corrupción e incluso de los funcionarios venales, una necesidad. Ni bolsones ni cuentas offshore, los argentinos tenemos que animarnos a construir una nueva propuesta política de transformación.