Asociación Ex Detenidos Desaparecidos
«Quiero expresarles que conocimos a Adriana ante la necesidad de crear un organismo que nos representara en nuestra especificidad de ex detenidos-desaparecidos. Nosotros habíamos sido secuestrados porque teníamos una historia de lucha. Con nuestra reaparición recobramos, utilizamos, pusimos en movimiento esa misma vocación de luchar por una sociedad igualitaria que teníamos cuando nos desaparecieron.
Adriana tenía una enorme facultad que era ser constructora, constructora de poder popular a través de la construcción de las organizaciones. La Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos fue una de ellas. También fue constructora del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia y Justicia Ya!
Pero Adriana no fue la mujer maravilla, fue más que eso, fue una mujer maravillosa. Fue capaz de superarse y fue capaz de trabajar en condiciones que la enaltecían.
Por un lado, lo que mostraba en la vida pública política: su voluntad inquebrantable, y sobre todo ese concepto de una ética incorruptible, clara, firme, puesta al servicio de esas organizaciones populares en las que participaba.
Pero por otro lado, también era capaz de demostrar la enorme ternura que albergaba su corazón. Lo sabemos los que tuvimos la gracia, la oportunidad de convivir con ella en un círculo mas pequeño, mas acotado, y no es una casualidad que encima de su féretro, haya una foto en la que encabeza la última marcha del 24 de marzo y otra foto con sus nietos. Ella supo matizar aquellas palabras del Che, que dicen «hay que endurecerse, sin perder la ternura jamás».
Te despedimos compañera con estas líneas de milonga que dicen así:
Mi tumba no anden buscando
Por que no la encontraran
Mis manos son las que van
En otras manos, buscando.
Mi voz.. la que esta gritando!
Mi sueño, el que sigue entero.
Y sepan que solo muero
Si ustedes van aflojando.
Por que el que VIVIÓ peleando,
Vive en cada compañero!