Por Claudio Lozano.
La idea de sorpresa supone algo inesperado y hasta a veces da la imagen de algo que se produjo horas antes de lo ocurrido y en realidad detrás de lo que fueron las candidaturas de Pino Solanas y de Fabio Basteiro a diputado nacional y de la ciudad respectivamente, hay un proceso que lleva ya más de dos años en la Ciudad.
Hicimos una lectura acertada de lo que pasó en el 2007 cuando ganó Macri. Dijimos que había ganado porque había sido la opción frente al fracaso de una experiencia progresista que no había podido hacer lo que decía que quería hacer y había traicionado muchos de sus principios fundamentales. En ese marco nos dimos una tarea de construir una propuesta nueva y es esa actitud la que se termina premiando el 28 de junio.
La única fuerza en crecimiento en la Ciudad de Buenos Aires es Proyecto Sur.
Macri que tuvo 46% de los votos en primera vuelta en 2007 a penas supera el 30 %, cayendo casi 15 puntos.
Carrió cayó por debajo del 20 % y los representantes del gobierno nacional que estaban en torno al 20% quedaron en un 11%.
Hemos dado un paso importante y eso implica una enorme responsabilidad; la de no ser una nueva frustración de las tantas que hubo y tratar de seguir consolidando el trabajo tanto para discutir el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 2011 como aportando con muchos otros a la construcción de una experiencia política nacional que permita que la Argentina tome un rumbo que resuelva los problemas de igualdad, deterioro del ambiente, de recuperación de nuestros recursos naturales, de democratización y demás.
Si uno toma la experiencia progresista que acuñara en su momento el Frente Grande y luego el Frepaso vemos como una matriz paradigmática de lo que fue eso con varios elementos a tomar en cuenta : el primero hacer de la política simplemente una cuestión centrada en una figura y en una persona, la referencia por encima de la construcción colectiva .
Hay un segundo tema que es el haber privilegiado sobremanera al marketing mediático y por lo tanto despegándose y distanciándose de las organizaciones sociales y populares, sin construir una organización política con estructura territorial donde quienes participen puedan opinar, decidir, acompañar y ser actores de ese proceso.
Eso hizo en general, que ese progresismo haya terminado siempre en brazos de las estructuras tradicionales, con la UCR en el marco de la Alianza o ahora asociado al PJ en el caso de Kirchner. y junto con esto lo que hubo es una suerte de resignación de los contenidos de cambio y frente a determinados factores de poder sin seguir promoviendo estrategias que permitan cambiar las cosas.
Por eso la distancia con las organizaciones populares, no armar una estructura político territorial, terminar en los brazos de las estructuras tradicionales y resignarse frente al poder son las claves de esa experiencia progresista que no hay que reeditar.
En la legislatura tendremos una bancada muy importante de legisladores que van a poder confluir en torno a un proyecto concreto de Ciudad inclusiva, y al mismo tiempo se van a transformar en herramientas para poder resolver los conflictos sociales de la Ciudad a favor de la gente.
En cuanto a la policía metropolitana, nosotros dijimos que lo que se expresaba ahí era un pacto entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad para no tocar a la Policía Federal.
Cumplir con la autonomía hubiera significado transferir la estructura de las 52 comisarías bajo la égida del estado porteño y al mismo tiempo poner en marcha una policía de investigación en el marco de la Federal.
Esa reorganización implicaba depurar la Federal de aquellos miembros que están con prontuarios absolutamente inaceptables poniendo en marcha una reorganización de esa fuerza de seguridad para desde ese lugar tener mayor capacidad para afrontar los problemas criminales.
El acuerdo entre el Gobierno Nacional y el de la Ciudad fue que la Federal no se toca.
Por lo tanto no hubo avance en la autonomía y lo que se hizo fue autorizarle a Macri que arme esto que denomina Policía Metropolitana.
El segundo paso que viene ahora con la designación del Fino Palacios es nombrar a alguien que es un jerarca de la Federal, con un prontuario impresentable, involucrado como encubridor en la causa de la AMIA, y en los asesinatos del 19 y 20 de Diciembre, con irregularidades manifiestas en el marco del secuestro de Axel Blumberg.
Esto indica el segundo paso de este pacto, no tocar la corporación de la Federal y que la Metropolitana va a ser una subsede de esa Policía que es exactamente lo que Macri está garantizando con este nombramiento.
Lo más grave es esto, que si no se toca, todo lo que se habla de mejorar las condiciones de seguridad no existe.
La Policía Metropolitana no tiene sentido porque lo que estamos teniendo son dos policías en el mismo territorio operando sobre los mismos problemas con lo cual estamos duplicando recursos y recargando el presupuesto de la Ciudad, necesarios para afrontar otro tipo de necesidades como en Salud, Vivienda y Educación.
Además están manteniendo toda la estructura de jerarcas de la Federal al frente de la Metropolitana. No sólo es el caso del Fino Palacios. El tema es poner al frente de la Metropolitana a jerarcas que vinculan esta experiencia con la de la Policía Federal.
Qué pasó el 28 de junio
En las elecciones del 28 lo primero que pasó es que perdió el gobierno. A partir de allí se dando una discusión por la conducción del justicialismo. El paso al costado de Kirchner es una demostración de la derrota, la primera discusión sobre el justicialismo que es bueno tener en claro porque no es cualquier cosa, es el instrumento principal de la gobernabilidad conservadora de la Argentina durante los últimos veinte años.
Ese instrumento es el que se están disputando, de un lado lo que sería el pro justicialismo con Macri y De Narváez a la cabeza y del otro el justicialismo disidente de Kirchner, donde aparecen distintas variantes, Reutemann, Das Neves, Rioja,
Todos ellos son garantía del modelo conservador. De este modelo agro-petrolero, minero, exportador.
Un modelo concentrador, desigual, que saquea nuestros recursos naturales y nuestros derechos sociales. Ese modelo tiene en estos actores su garantía de continuidad y aparece una rueda auxiliar de este instrumento principal que es esta suerte de tinglado radical, el Acuerdo Cívico y Social, que tiene como referente principal a alguien que en el marco de su provincia es un celoso defensor de los intereses petroleros y mineros como es Julio Cobos.
Estas son las variantes de continuidad, con diferentes caras y frente a eso lo que hay es un escenario que si lo sabemos aprovechar puede ser interesante para potenciar una experiencia política nacional nueva que es el tema central a discutir.
En realidad esta elección es el fracaso de la experiencia gubernamental que hace que se busquen formas de castigar por donde sea, no es que la gente se derechizó, hay espacio para construir otra opción si hay voluntad, decisión y certeza en la manera de dar los pasos.
Por eso aparecen cosas importantes en los principales centros urbanos, obviamente en la Ciudad de Buenos Aires la potencia discursiva que significó la candidatura de Pino en Proyecto Sur, al haber instalado en la agenda un conjunto de temas importantes y la importancia de la Capital Federal abre una posibilidad de trabajo en perspectiva nacional.
En segundo lugar Luis Juez ganó en Córdoba, Binner hizo una muy buena elección en la provincia de Sta. Fé, donde Reutemann salió golpeado, con lo justito.
A pesar de lo polarizado de la elección en la Provincia de Buenos Aires, Sabbatella, tuvo una importante elección. En Neuquén, nuestros compañeros de la “Unión por los neuquinos” sacaron casi el 10% de los votos, en Sta. Cruz, los compañeros en “Todos por Sta. Cruz” sacaron el 8% de los votos. En Río Negro la experiencia de Proyecto Sur salió 4ta fuerza y sacó casi el 8% de los votos también. Es decir, hay un conjunto de posibilidades en Sta. Fé, Córdoba, Capital, en Pcia. de Buenos Aires y en otros lugares del país que si fortalecemos los espacios de encuentro, de desarrollo y de construcción política en común, tenemos la posibilidad de cumplir un papel muy eficaz.
Está claro que se cayó el consenso gubernamental y no hay ningún otro consenso construido que diga para donde va la Argentina.
Tenemos que discutir qué Argentina queremos hacer y a esto hay que agregarle las iniciativas de las experiencias sociales, toda la propuesta de la Constituyente Social, para poder intervenir con eficacia y discutir de acá al 2011 la construcción de una fuerza política que permita definir una Argentina distinta a la que tenemos.
Las variantes del sistema están profundamente agotadas; la gente no cree. Puede tomar la determinación de votar a De Narváez para castigar el fracaso del gobierno de Kirchner que se terminó comiendo a sí mismo la manipulación de los datos del INDEC, se pierden 15 puntos en la Pcia. de Buenos Aires por no haberse enterado que desde el 2007 para acá la pobreza volvió a subir, los ingresos volvieron a bajar, hay problemas para llegar a fin de mes, es eso lo que está en el problema de la gente.
La gente no le cree a De Narváez.
Tenemos que abrir la puerta para construir una experiencia política en donde la gente se sienta parte, ese es el esfuerzo principal que hay que hacer, abrir en serio los canales de participación a la sociedad para llegar con la mayor potencia en términos de transformación. Cuando aparecen definiciones, cuando aparecen compromisos, cuando aparece trayectoria, cuando aparecen argumentos, la gente acompaña.
Nuestra propuesta.
Nosotros estamos planteando cinco grandes causas. Una, para resolver los problemas que hacen a la desigualdad es necesario poner en marcha políticas de alcance universal y en este sentido estamos planteando un conjunto de medidas que tienen que ver con la prohibición de los despidos, sobre todo en las empresas con mayor capacidad económica, puesta en marcha de un asignación universal por hijo para todos los pibes contra chequeo sanitario durante los primeros años de vida del chico y con participación del ciclo escolar durante el resto, un seguro de empleo y formación para todos los jefes de hogar hoy desocupados, tratamiento particular para las pymes para que puedan resistir en el marco del proceso recesivo.
Hay todo un paquete de cosas que tiene que ver con tratar de garantizar transferencia de ingresos sobre los 14 millones de personas que están hoy en situación de pobreza y en ese marco se inscribe la defensa de la producción local. Esta es una segunda clave importante y la tercera pata de la propuesta de Proyecto Sur es reubicar al Estado en el proceso de inversión sobre la base de capturar las rentas extraordinarias procedentes de la dotación formidable de recursos naturales que tiene nuestro país; renta agropecuaria, minera, petrolera, la vinculada a los bosques, a la pesca. Ahí hay miles de millones de dólares que la Argentina tiene disponibles para financiar una estrategia de desarrollo y para resolver los problemas de desigualdad.
El 4to elemento de Proyecto Sur es que esto sólo se hace con mayor participación de la comunidad y por eso es esencial democratizar la sociedad, democratizar la democracia, el sistema de partidos, el régimen electoral, y los medios de comunicación. Es decir, los mecanismos de decisión sobre cómo se asignan los recursos públicos en materia económica. Esta lógica es la lógica que está por detrás de los planteos nuestros.
Y cuando incluimos la cuestión de la libertad sindical es porque el problema de fondo que tenemos hoy es que los trabajadores al interior de las empresas privadas tienen dificultades para organizarse. Cuando quieren hacerlo se encuentran con dos límites: o bien patotas sindicales que no los dejan hacerlo y los golpean o patrones que los despiden.
La democracia termina en la puerta de la empresa.
Cuando uno no se puede organizar, si no recupera esa posibilidad, hay dificultades para discutir las condiciones de empleo y los niveles de ingreso de la gente.
Hoy en la Argentina sólo el 12% de los establecimientos tienen cuerpos de delegados electos y más allá de la personería gremial de la CTA, indiscutiblemente necesaria, lo que hay que garantizar es legalidad para que los trabajadores se puedan organizar en libertad para discutir sus condiciones de empleo y sus niveles salariales.
Hoy estamos en capacidad de disputar el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pero lo que tenemos que hacer de acá al 2011 es construir las condiciones no sólo para ganar la elección sino para gobernarla en serio. Por lo tanto lo que viene ahora es esa construcción.
Y en ese sentido dos cosas, organizarnos en la Ciudad para garantizar el máximo nivel de participación de los porteños en una nueva gestión de gobierno y garantizar que tengamos que ver con una nueva experiencia política nacional porque no se discute la Ciudad de Buenos Aires sin discutir también un nuevo proyecto de país.
s Aires sin discutir también un nuevo proyecto de país.