23-09-08
Por Claudio Lozano
“La reapertura a la discusión con los bonistas cierra con la decisión de cancelar la deuda con el Club de París y busca la restitución de confianza.
La pregunta a hacerse es si tiene sentido este esfuerzo en un contexto internacional que, con o sin confianza, está clausurado para la Argentina. Desde mi punto de vista no, ya que al menos por dos años no habrá un mango disponible para la Argentina. En concreto, la renegociación de los préstamos garantizados oxigena las cuentas públicas y libera de presiones la disponibilidad de divisas en 2009. Pero el tema de fondo es la contradicción permanente de un gobierno que no termina de resolver el rumbo. Por un lado, se desliza hacia la ortodoxia con concesiones en grageas que no terminan de completar una estrategia. En ese plano, el retraso cambiario, la suba en las tasas de interés y, obviamente, el pago al Club de París y la reapertura con los bonistas. No obstante, como todo esto no incluye una reconciliación con el Fondo ni una solución al INDEC, y por ende la estrategia ortodoxa no está completa, los resultados que se esperan no existirán. Al mismo tiempo, el Gobierno pretende expresar una heterodoxia que si en algún momento existió ya se desarmó: se cansaron hasta ayer de decir que no había costo para la Argentina con la crisis mundial, ya que no teníamos ni tendremos financiamiento del exterior. Entonces, ¿para qué estos pagos?, ¿qué hay que esperar? Nada.