Así lo expresó durante una entrevista periodística Gustavo Lahoud, miembro del Instituto del Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), que a nivel nacional coordina el dirigente de Unidad Popular (UP), Claudio Lozano.
-El Presidente Macri acaba de realizar una conferencia de prensa donde se iba a referir al tema del Correo Argentino S.A. y al de los jubilados. Porque pasó algo llamativo, el año pasado el gobierno había prometido la Reparación Histórica, que ya sabemos que de reparación no tiene nada y terminó reduciendo el cálculo de movilidad jubilatoria mediante una mera medida administrativa del Anses. Recordemos que ese cálculo fue adoptado por una Ley del Congreso nacional durante el gobierno de Cristina Kirchner. El resultado de esta reducción del cálculo, según lo reconocido por el propio gobierno, es que el aumento del 12.96% para el semestre fue reducido en un 0.31% lo que implica una reducción del presupuesto de jubilaciones y asignaciones familiares del orden de los 3.000 millones de pesos. Sin embargo, varios especialistas estiman que la reducción en realidad es del doble, lo que significa que alcanzaría los 6.000 millones de pesos. ¿Tenés información sobre la conferencia de prensa?
– Sí, pude verla. Duró alrededor de 30 minutos con una exposición del Presidente y 9 preguntas sorteadas entre distintos medios de radio y televisión, sin posibilidad de repregunta. El Presidente actuó y sobreactuó el lugar donde ellos se paran, se ubican como el gobierno que vino a salvar a la Argentina de las prácticas corruptas, deshonestas, del robo en la obra pública, del “acá estamos para ser felices e ir por otra Argentina”. O sea, el famoso discurso de los globos y la vacuidad en la política, fue la introducción con la que amenizó la tarde. Rápidamente se dirigió al tema del Correo, resaltando que no estaba cerrado y que al no estarlo, no haberse condonado, ni pagado, ni cobrado ni nada, se puede rever integralmente y que instruyó al Ministro Aguad y al Jefe de Gabinete para que se revea integralmente la cuestión.
De motus propio no hizo ninguna referencia al cambio de cálculo que decidió para el Anses, establecido por ley. Eso apareció una vez que algunos periodistas le preguntaron, dos o tres de las nueve preguntas estuvieron referidas a eso, él se limitó a decir que esa resolución no había sido publicada en el Boletín Oficial y que ya habían decidido desandar el camino. Además dijo que quería enmarcar este tema en la histórica política que había encarado su gobierno que es la Reparación Histórica. Ese fue el tenor del asunto y no hubo especificidad en el avance del Correo Argentino.
-Se ha conocido en los últimos días que al menos 110 trabajadores fueron despedidos del proyecto Atucha 3. Un delegado afirmó que son 400 los puestos en riesgo por el fin de una concesión e incluso señaló que el terreno destinado a Atucha 3 está sembrado con soja y que hay que esperar hasta mayo a que la cosechen. Esto amerita consultarte ¿cuál es la política en torno a la energía atómica? El gobierno anterior tenía algunos convenios como Atucha 3 y 4, donde intervenían China y Rusia. ¿Qué ha quedado de todo eso?
– En el primer año del gobierno de Cambiemos respecto a la energía nuclear, sólo vi acciones incoherentes, en distintas direcciones. Lo primero que se hizo fue parar el trabajo previo al comienzo de la obra de ingeniería civil de Atucha 3 que es nuestra 4ta. central atómica, porque tenemos tres centrales, las dos Atucha y Embalse que se encuentra ahora en una parada para alargarle la vida útil, por 25 años más. Pero después de esta medida, de pisar el gasto en obra pública, dijeron que desde febrero y marzo se iban a reiniciar las obras en Atucha 4. Esto les dijo Julián Gadano a representantes de Ate y a los trabajadores del sector, que es el encargado de energía nuclear en el Ministerio de Energía, un funcionario que sabe del tema y hasta tiene una visión interesante. Yo lo tengo como un técnico pro nuclear, que cree en el desarrollo racional de la energía nuclear en el marco de una matriz energética diversificada.
El tema es que concretamente se han producido estos despidos, la obra civil esta frenada y lo que es peor, está firmado el acuerdo con China y de hecho está previsto en el presupuesto del año 2017 que empiece a ejecutarse el financiamiento chino en el inicio de la obra. Inicialmente toda la primer parte va a ser financiada por el gobierno nacional, incluso hay avales para tomar deuda en función de esa obra de infraestructura. Hasta estaba el detalle dado por Frigerio que esa era una de las grandes obras junto a las dos centrales hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz, la Cepernik y la Néstor Kirchner, que están en primer lugar antes que la nuclear; iba a comenzar este año, con el trabajo de traza, agrimensura, el comienzo del montaje, toda la preparación. Pero nos hemos encontrado con estas noticias y ahora hay una situación de indefinición y retroceso, que genera incertidumbre entre los trabajadores porque no lo esperaban, hasta un sector burocrático dentro del gobierno está en esa situación.
Por otro lado está el tema internacional, el financiamiento chino está comprometido, ésta es una central en la que en términos finales vamos a tener un 30% de tecnología china y el 70% nacional, porque se va a hacer con tecnología vieja comprada a los canadienses hace años, se trata del reactor Candu. Estamos hablando de uranio natural y agua pesada. Lo que viene después es lo que sí está en veremos, el gran acercamiento que había quedado pendiente por cerrar con los rusos del gobierno anterior, la construcción de una hipotética 5ta. central nuclear y hasta una sexta. La 5ta. se haría con los chinos y la 6ta. con los rusos. Pero eso es ciencia ficción. Con los rusos no hay grados de avance en este sentido. Pero sería ya una central con otra tecnología sobre la que Argentina ha estado trabajando durante los últimos años que se trata de uranio levemente enriquecido y agua liviana. La Argentina está en condiciones de manejar y exponer comercialmente esto y se haría con tecnología rusa, ellos son expertos en construir centrales de este tipo. Sin embargo esto hoy es ciencia ficción. A mí me preocupa esta situación que es crítica, realmente no se esperaba esto.
-Otro tema es el de la usina eléctrica de Río Turbio. En diciembre del año 2015 Clarín tituló “Cristina se fue y dejó apagada la usina eléctrica de Río Turbio”. Una nota en la que dice que dejó de funcionar en noviembre de ese año por la falta de carbón, pero lo cierto es que el gobierno macrista tampoco encendió Rio Turbio, inclusive en los últimos días se conoció alguna discusión entre los sindicatos del sector y las autoridades empresarias en torno a la modificación de las condiciones de trabajo. Frente a esto la representación de la seccional Río Turbio de la Asociación de Trabajadores del Estado, planteó que no va a firmar para modificar nada mientras la empresa no se ponga al día con todas las deudas que tiene con los compañeros de trabajo y que tenga una producción segura. ¿Qué quiere decir esto?
–Ahí hay varios problemas. Uno de ellos, tiene que ver con la necesidad de un esquema de trabajo que pueda dar previsibilidad en cuanto a la extracción de carbón mineral, necesario para que el complejo de la usina, pensado con un primer módulo de generación carboeléctrica de 120 megas, que es lo que se había inaugurado y dejó de funcionar.
-Porque en realidad la producción llegaba a 250 megas.
– Claro, al doble. El segundo módulo de producción carboeléctrica está en veremos en cuanto a la posibilidad de hacerlo funcionar ya, porque no se podría hacer esto. Pero si apareciera un plan que vinculara claramente la necesidad de obtener la materia prima, se terminara todo el proceso de revisión tecnológica del armado de la estructura, para que después pueda funcionar la usina carboeléctrica y si pudiera reactivarse el proceso productivo, por lo menos podría hablarse de un esquema de trabajo. Por ejemplo, medio año de preparación para que luego la central pueda funcionar y con todos los compañeros adentro.
El problema es que hay una deuda muy grande con una constructora española que está en varias obras de distintos rubros de la construcción en Argentina, que le está reclamando al Estado nacional y hay un debate con las autoridades de Aranguren en cuanto al número fino, de cuánto se le debe, si lo que reclaman es realmente así, si los créditos están verificados; hay en este momento una discusión técnica que está en veremos y una situación en la que los trabajadores están en el aire, porque así como el convenio que firmó Pereyra en petrolíferos a principios de año, flexibilizando las condiciones de trabajo en Vaca Muerta, aquí se les ha dicho a los trabajadores que la viabilidad del proyecto estaba vinculada a que las condiciones de trabajo se flexibilizaran, en un conjunto de aspectos que tienen por un lado que hacer más “soportable” la carga laboral de la intervención, que está a cargo del Estado nacional, hasta que estando en marcha la obra, si se llegara a un acuerdo con la constructora, el objetivo del gobierno sería privatizarla. En el medio hubo una propuesta a fines de 2015, que no se pudo terminar de sacar como Ley de conversión de la empresa en una sociedad del Estado. Llevada por los compañeros de ATE-Río Turbio y en la cual estuvimos trabajando con el ex diputado Claudio Lozano. Victoria Donda y Claudio se comprometieron mucho con esto.
En materia de renovables no estamos pudiendo cumplimentar lo establecido en la materia
-La siguiente pregunta tiene que ver con las energías renovables. Se votó una ley que obliga que a fines de 2017 el 8% del tendido eléctrico deberá ser de energía renovable y los grandes productores y las grandes empresas tendrían que comprar al Estado o generar ese porcentual de energía renovable. O sea que estamos prácticamente a diez meses de que se cumpla el plazo legalmente previsto.
– Esa es una ley modificada de fines del gobierno de Cristina, del 2015. El gobierno de Macri en la primera parte del año pasado saca un decreto donde reglamenta esa ley y pone en marcha el proceso de licitaciones de renovables. Eso significa que llama a concurso de empresas que hoy no prestan servicio para la generación de proyectos que en un 90% tienen que ver con dos de las fuentes alternativas, eólica y solar fotovoltaica con un criterio de dispersión regional. Y también proyectos de la utilización de lo que se llama “biomasa”, que se trata de la conversión de residuos orgánicos para la obtención de gas, por ejemplo, y también pequeños emprendimientos hidroeléctricos.
Este año terminó con 59 proyectos después de 2 tandas de licitaciones, hasta ahora se firmaron en enero 23 proyectos de los cuales 16 ya estarían poniéndose en marcha. Hasta hoy no tenemos nada de ese 8%, lo que se pondría en marcha cubriría en función de esa ley menos de la mitad de ese porcentaje que se quiere de generación de energías renovables. Si los 59 proyectos se llegaran a poner en marcha, sí estaríamos cerca de ese coeficiente.
En principio viéndolo así ha sido un gran paso, en función de dejar atrás la producción de energía vinculada a los fósiles, gas, petróleo y carbón; el tema es que la forma en que ha sido este proceso me genera algunas dudas en términos de que esta ley pautaba que se pudiera generar en el mediano y largo plazo, un sector de producción nacional en energías renovables que nos permitiera no solo generar ese sector en términos de dador de energía y que fuera la ingeniería nacional la que estuviera en condiciones de poner en marcha ese proceso, con todos los cambios normativos y legales pertinentes. De hecho la ley establecía un sistema de compra nacional y todo eso hoy está en tren de verificación, muchos de los proyectos aprobados supuestamente tienen ese componente nacional. Sin embargo hay otro problema, cuánto de lo que necesitamos realmente se produce a nivel nacional, que es lo que plantean los compañeros de Ingeniería de la UBA, el grupo del Clúster Eólico Argentino que viene sosteniendo que lamentablemente dada la situación de la actualidad productiva en materia de renovables no estamos pudiendo cumplimentar lo establecido en la materia. Con lo cual los que están ganando los emprendimientos son empresas de mediano tamaño, asociaciones donde aparecen bancos, como la firma Genneia donde está el Banco Macro y cuyo interés pasa por los parques eólicos y solares fotovoltaicos.
El monto total de estos 59 proyectos tendría un impacto de casi 5.000 millones de dólares. Pero una vez realizadas estas dos licitaciones debería realizarse un trabajo para ver cómo ese agregado de valor nacional lo podemos poner seriamente en juego, porque además en las licitaciones se les garantizó contratos de compras por más de 20 años a las empresas y hay garantías a través de un fondo específico que crea la ley y también garantías dadas por el Banco Mundial. Esto quiere decir que en el armado de la ingeniería financiera del esquema de introducción de renovables en el mercado energético nacional, las prestadoras privadas no van a perder nunca. Nosotros nos atamos a contratos que si mañana no se llegan a terminar las obras, si el Estado no hace lo necesario para que esa energía adicional pueda ser volcada al sistema, la empresa puede no hacerse cargo alguno, porque no está establecido como su responsabilidad y, por lo tanto, no se estaría cumpliendo el contrato.
-En cuanto a la situación de YPF, he visto una serie de notas que hablan de una enorme deuda heredada, que hacen falta dos años de ganancias para pagar esas deudas, que el margen operativo cayó un 82%, en el tercer trimestre del año pasado informó un cargo extraordinario que le provocó una deuda de 36.200 millones de pesos. Pero al mismo tiempo hay una interesante nota de diciembre en Tiempo Argentino que se titula: “Advierten un boicot interno en la petrolera YPF”.
– Justamente con nuestro equipo de trabajo estuvimos viendo el tema de las grandes empresas de la economía nacional y cómo participan en la estructura exportadora de nuestro país. Una de ellas es YPF. El debate actual es muy preocupante, lo que omite la primera de las notas que mencionás es que todas las empresas con acción global en el sector de la energía de hidrocarburos, tienen una cartera de deuda provista por una gran cantidad de instrumentos financieros que están convenientemente diversificados, esto quiere decir que hay una diversificación del riesgo en la deuda tomada que en buena medida esta calzada con emprendimientos productivos.
A mí me parece que si hay algo que había dejado Galuccio como herencia interesante, es que nosotros no habíamos puesto en un endeudamiento irracional a la empresa, lo que había hecho era un endeudamiento que permitía poner a su vez en marcha un conjunto de emprendimientos productivos que derivaron en que se frenara la caída de producción de gas y petróleo. Lo que pasa es que YPF no está controlada enteramente por el Estado Nacional, está controlada en un 51% en su dirección estratégica. Lo cierto es que en ese juego hay un delicado equilibrio entre el endeudamiento al que se puede acceder, en un contexto en el que luego vino la baja del precio del barril.
Lo que está pasando ahora no es tanto el endeudamiento que se dejó, como dice la gente que está en el directorio ahora y que representaron la caída energética de los ´90; en realidad la caída del precio de los combustibles líquidos y del crudo, que es lo que conforma buena parte del ingreso por ventas de empresas de este tamaño, es lo que está detrás de la pérdida de beneficios e ingresos netos de la empresa, lo que implica una depreciación en términos de activo, en cuyo caso el componente deuda pesa mucho más en el patrimonio y además se han previsionado deudas viejas que tenía la empresa que se han pagado, como juicios en EE. UU. Pero además ocurrió una devaluación, entonces, si bien la empresa pierde rentabilidad por la caída de los precios, ha ganado mucho en términos de diferencias cambiarias, porque tiene dolarizados la mayoría de sus activos, con lo cual habría que ver cuál es el verdadero agujero financiero que tiene YPF en términos de deuda.
Creo más en lo que dice Tiempo Argentino, porque bajó un 30% la inversión productiva de YPF entre 2015 y 2016. Es el Estado nacional el que podía determinar, a pesar de los precios a la baja, si seguía bombeando dinero para seguir invirtiendo, sin embargo pararon los equipos. Por eso Tiempo Argentino habla de boicot interno. Es muy compleja la situación. No es desesperante, pero si se la manda al muere en términos productivos y además si hay un mal manejo de la información y de los activos de la empresa, entonces el problema sí va a ser grave.
Fuente: Mario Hernández; www.rebelion.org