El Presidente de los Estados Unidos avanza sin pausa en su denominada política «América First» en muy diversos planos de las políticas públicas, lo cual ha generado un sinnúmero de situaciones disruptivas en el vínculo con buena parte de sus aliados estratégicos en Occidente.
Desde las posiciones abiertamente revisionistas en materia de comercio internacional hasta la reedición de una política exterior guerrerista en Medio Oriente, pasando por una posición abiertamente hostil a China y Rusia y una remozada ofensiva securitista y militarista contra América Latina- remedo de una nueva vuelta de tuerca de la ya funesta Doctrina Monroe-, el conjunto de acciones globales de los Estados Unidos ha colocado a la comunidad internacional ante la imperiosa necesidad de expresar una abierta condena y repulsa, ya que la paz mundial está en grave peligro.
Uno de los aspectos más graves y ominosos de la administración estadounidense es la denominada tolerancia cero en materia de política migratoria, que ha llevado al aumento sin pausa de recursos públicos destinados a fortalecer las administraciones de aduana y frontera en todo el territorio estadounidense. En este sentido, junto a la propuesta de perfeccionar las medidas restrictivas a través del famoso muro en la frontera con México, aumentando la capacidad de control del tráfico de lo que denominan «ilegales» originarios de México y Centroamerica, se han adoptado en los dos últimos meses horrorosas medidas de interdicción y separación de familias migrantes en zonas de la frontera sur como Texas, a resultas de las cuales las autoridades migratorias estadounidenses han encarcelado a más de 2400 niños y alrededor de 2000 adultos que forman parte de los cientos de miles de seres humanos que tratan de huir de situaciones de miseria y despojo que les dejan un horizonte de desesperación y muerte. Imágenes del oprobio, que resultan abiertas violaciones a los derechos humanos más elementales, se han podido registrar en los centros de detención de frontera, con familias enteras en jaulas, niños separados de sus padres, que terminan en las prisiones estadounidenses acusados de intentar infringir las normas migratorias del país y escenas desgarradoras que remiten a la barbarie infame que estamos presenciando en las puertas del país que se autopercibe como el campeón de los derechos humanos en todo el mundo.
En este escenario, que recuerda los más infaustos tiempos de la humanidad, con auténticos campos de concentración a la vista de todo el mundo, resulta urgente que la Organización de Estados Americanos, los diversos mecanismos de integración y cooperación en nuestra región, las Naciones Unidas y todo el espectro de organizaciones de la sociedad civil que trabajan en políticas migratorias, se manifiesten con una abierta condena a esta barbarie perpetrada por el gobierno de Trump.
Asimismo, la Unión Europea, a cuyas puertas se despliegan abiertas políticas antiinmigratorias con nuevas configuraciones políticas de un nacionalismo reaccionario de derecha, debe pronunciarse muy especialmente, en una coyuntura aciaga para la humanidad.
Por último, exigimos al gobierno argentino que manifieste una clara e indubitable condena a estas abominables políticas migratorias estadounidenses, que nos llevan a los peores momentos de la historia de la humanidad. Y advertimos sobre la profundización de un escenario de estigmatización de los habitantes extranjeros, de nuestros ciudadanos pobres e indigentes, sometidos a diario a políticas de criminalización, inaceptables en un Estado democrático de derecho.
Víctor De Gennaro – Claudio Lozano – Gustavo Lahoud