Adjuntamos trabajo realizado por el Colectivo de Trabajadores/as de niñez, CTA Capital en el marco del ciclo de charlas “Ni un pibe Menos”. Julio 2013. Natalia Cillis, Gilda Manco y Clarisa Gambera. Equipo de trabajo, despacho de la diputada Laura García Tuñón.
«Queremos compartir con ustedes algunas reflexiones sobre cómo viven hoy nuestros chicos y chicas en la Ciudad de Buenos Aires. Nosotras venimos de diferentes experiencias de trabajo directo con la población más castigada de la Ciudad. Estamos intentando realizar un diagnóstico, describir la situación de nuestros pibes, a partir del conocimiento que nos brindan los años de trabajo en el territorio y de algunos datos cuantitativos que nos permitan dimensionar las condiciones de vida en las que se encuentran».
«Este no fue un ejercicio fácil ya que cuando intentamos tomar los datos oficiales del INDEC observamos que existe una clara invisibilización de datos sensibles vinculados a la situación social, arrojando como resultado la construcción de una realidad que poco se parece a lo que observamos en nuestros territorios.
Teniendo conocimiento público de la manipulación de los datos por parte del INDEC, acudimos de todas maneras a la información suministrada por este organismo, ya que posee una llegada a todas las regiones de la Argentina con la cual no cuenta ninguna otra institución.
Algunos de los datos que presentan no guardan ni el mínimo atributo de rigurosidad que requiere esta información. Para ilustrar esto que decimos podemos citar el caso de la provincia de la Rioja en la que, según el último registro del INDEC, no existe ningún hogar indigente, o los datos que indican que, en la Ciudad de Buenos Aires de cada 100 personas solo 2 se consideran pobres!.
Según como se construyen los datos cambia sustancialmente el diagnóstico de la situación social. La manipulación de datos es un mecanismo que esconde, hace invisibles condiciones de vida de poblaciones enteras y construye realidades.
La intervención del INDEC plantea una canasta básica de alimentos que posee una relación de fantasía con la realidad porque no es verdad que podamos comprar lo que dicen que se puede. La consecuencia es que modifica sustancialmente las proporciones de la población que se considera en situación de pobreza y o indigencia. Este estado de situación nos llevó a buscar distintas fuentes de construcción de datos.
Acudimos a nuestros compañeros del INDEC que son quienes desde su larga experiencia de trabajo mejor podían ayudarnos a reconstruir algunos datos cercanos a la realidad. Nos aportaron sus trabajos realizados como Junta Interna y nos guiaron en la búsqueda de información».