Desde Unidad Popular repudiamos la represión desatada contra el pueblo de Andalgalá e instamos que sean las herramientas de democracia directa las que resuelvan actividades empresariales con daños ambientales.
En nuestro sistema representativo de gobierno, el pueblo elige a sus representantes una vez cada cuatro años para que tomen las decisiones y conduzcan la nación o la provincia por el mejor camino posible.
Pero no todas las decisiones de nuestros representantes tienen licencia social.
La megaminería no tiene licencia social en Andalgalá, los vecinos que resisten el Proyecto MARA, de Choya, saben que el agua vale más que el oro.
Cuando estas circunstancias ocurren hay diferentes modos de resolver el conflicto, pero en esta ocasión ha sido la represión policial, violenta y repulsiva la que utilizaron los representantes de turno. Es evidente que tienen la voluntad política de avanzar con su plan de gobierno cueste lo que cueste.
Desde Unidad Popular repudiamos la represión desatada contra el pueblo de Andalgalá e instamos que sean las herramientas de democracia directa las que resuelvan actividades empresariales con daños ambientales que repercutirán en la vida de la población de forma extremadamente directa, como lo fue resuelto en la localidad de Loncopué, Neuquén, en el que un 75% dijo no a la megaminería.
El referéndum vinculante es una manera de regresar el poder al pueblo en esta ingeniería democrática en la que vivimos.
Estas aberrantes situaciones de violencia de estado se dan y se seguirán dando atento que las actividades extractivistas generan divisas, lo que necesita el país para pagar la deuda contraída por el gobierno de Macri.
Se profundizarán los conflictos ambientales, lo vimos hace unos pocos meses que Chubut le dijo NO a la megaminería, Mar del Plata le dijo NO a la explotación off shore, el pueblo de Sauzal Bonito tiembla a diario y las casas de los vecinos se destruyen día a día por el fracking y los sismos. Existen zonas de sacrificio en el país y los ciudadanos estamos despertando y ejerciendo la verdadera democracia, la vivenciada espontáneamente por los colectivos de ciudadanos que no se dejan imponer la muerte en sus hogares.
Hacemos un llamamiento al FDT para que conforme una real mesa de diálogo abierta y pública para debatir las actividades extractivistas y sus implicancias Socio-Ambientales. Rechazamos la Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad (MEMAC), que intenta legitimar con falsos escenarios el plan megaminero nacional para desarrollar esta actividad en las siete provincias cordilleranas que poseen metales.
Presidente Unidad Popular