La ley Nº 1.854 de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos o ley Basura Cero es una ley que fue sancionada por unanimidad en el 2005 y reglamentada en el 2007. Por lo tanto, el cumplimiento de la norma es exclusiva responsabilidad de la gestión del PRO que desde el año 2007 hasta el presente administra la Ciudad de Buenos Aires.
La ley establece el conjunto de pautas, principios, obligaciones y responsabilidades para la gestión integral de los residuos sólidos urbanos que se generen en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en forma sanitaria y ambientalmente adecuadas, adoptando como paradigma la «Basura Cero».
Esta ley establece de manera progresiva metas de reducción de la disposición final de residuos sólidos urbanos de la Ciudad Buenos Aires y prohíbe su combustión, al menos hasta alcanzar la meta de reducción del 75%.
El espíritu de la Ley de Basura Cero garantiza que la reducción de la disposición final se lleve a cabo desarrollando la separación en origen, la reutilización, el reciclaje y compostaje con inclusión social.
En el año 2017 la ciudad dispuso en el relleno sanitario del CEAMSE 1.100.000 toneladas de residuos sólidos urbanos. Esto implica una reducción de apenas un 26% incumpliendo aún la primera de las metas previstas por la ley para el año 2010.
El gobierno de la ciudad, en lugar de mejorar y fortalecer las políticas públicas para dar cumplimiento a la ley de basura cero, propone modificarla habilitando la incineración.
¿Porque rechazamos la modificación a la Ley de Basura Cero que habilita la incineración?
En primer lugar, porque las legislaciones vinculadas a cuestiones ambientales siempre deben ser progresivas.
Desde el punto de vista constitucional, la ley N° 1.854 está basada en la Ley de Presupuestos Mínimos de Gestión de Residuos Domiciliarios (ley nacional N° 25.916). Esta ley establece que el Tratamiento de los residuos comprende el conjunto de operaciones tendientes al acondicionamiento y valorización de los residuos. Por acondicionamiento entiende a las operaciones realizadas a fin de adecuar los residuos para su valorización o disposición final. Y por valorización entiende a todo procedimiento que permita el aprovechamiento de los recursos contenidos en los residuos, mediante el reciclaje en sus formas física, química, mecánica o biológica, y la reutilización. Es decir, que no tiene incluida la incineración con recuperación de energía como concepto. En este sentido la modificación propuesta a la ley N° 1.584 contradice lo establecido en la ley N° 25.916 transformándola en inconstitucional por ser contraria a una ley nacional de presupuestos mínimos ambientales.
Desde el punto de vista de los impactos ambientales, la técnica de incineración en cualquiera de sus modalidades genera gases de combustión y residuos con concentrada toxicidad que requiere de rellenos de seguridad muchos más costosos que los rellenos sanitarios y de importantes mecanismos de control. No existe el riesgo CERO para las técnicas de incineración.
Desde el punto de vista económico, las nuevas tecnologías de incineración requieren de sumas multimillonarias, no sólo para la inversión inicial de los equipos, sino también para su cubrir los costos operativos. Esta tecnología genera pocos puestos de trabajo, atenta contra la industria del reciclado, desalienta la separación en origen y desincentiva el desarrollo de nuevas tecnologías de recuperación de materiales.
Pero fundamentalmente pone en riesgo el trabajo de decenas de miles de cartoneros, carreros y recicladores urbanos.
Por eso rechazamos cualquier intento de habilitar la incineración y le exigimos al Gobierno de la Ciudad que invierta recursos en políticas públicas coherentes con el espíritu de la ley, para reducir la generación de residuos, mejorar la separación en origen, fortalecer el reciclado inclusivo mejorando las condiciones laborales de los cartoneros, carreros y recicladores urbanos, aprobando una ley de envases inclusiva, fomentando redes de comercialización entre los sectores generadores y los recicladores y potenciando la cadena de valor del material reciclado.